Juan Goytisolo fue galardonado ayer con el Premio Nacional de las Letras Españolas correspondiente a 2008. El Premio lo concede el Ministerio de Cultura para distinguir el conjunto de la labor literaria de un autor español, escrita en cualquiera de las lenguas españolas, y a mí, en lo personal, me enorgullece que un escritor tan vinculado con Almería y tan comprometido con la época que le ha tocado vivir reciba un premio así.
Él dice que “cuando pasas de los 75, no ambicionas nada. Estoy en absoluta libertad y vivo completamente al margen”, pero no somos pocos los que nos alegramos de que el reconocimiento le llegue en vida, que para los homenajes póstumos están los políticos.
Goytisolo conoce bien nuestra tierra y dos de sus libros más leídos, Campos de Níjar (1954) y La Chanca (1962), están ambientados en nuestra ciudad y provincia. En el primero, el autor narra con maestría, y con guiños que le permiten evitar la censura, un territorio de emigración, de miserias y de pobreza. En el segundo, muestra la radiografía exacta de las estrecheces de un barrio de “clase B” de nuestra capital, en los años sesenta. En éste, el destierro social y el político se conectan con finísimos hilos de genialidad para hilvanar una historia que nos lleva de la mano por las veredas de un trabajo sobrio que lo convierten en el documental de un lugar y un momento concreto.
Por todo lo que nos ha dado, muchas gracias. Y por este premio, muchas felicidades.
Él dice que “cuando pasas de los 75, no ambicionas nada. Estoy en absoluta libertad y vivo completamente al margen”, pero no somos pocos los que nos alegramos de que el reconocimiento le llegue en vida, que para los homenajes póstumos están los políticos.
Goytisolo conoce bien nuestra tierra y dos de sus libros más leídos, Campos de Níjar (1954) y La Chanca (1962), están ambientados en nuestra ciudad y provincia. En el primero, el autor narra con maestría, y con guiños que le permiten evitar la censura, un territorio de emigración, de miserias y de pobreza. En el segundo, muestra la radiografía exacta de las estrecheces de un barrio de “clase B” de nuestra capital, en los años sesenta. En éste, el destierro social y el político se conectan con finísimos hilos de genialidad para hilvanar una historia que nos lleva de la mano por las veredas de un trabajo sobrio que lo convierten en el documental de un lugar y un momento concreto.
Por todo lo que nos ha dado, muchas gracias. Y por este premio, muchas felicidades.
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